Gin Z nació en Barcelona con una idea clara: revivir los sabores que marcaron nuestra infancia — el cacao del desayuno, el chicle de los recreos, los postres de los 2000 — y transformarlos en una ginebra para adultos.
No seguimos las reglas del gin inglés. Creamos una ginebra para una generación que prefiere la autenticidad a la perfección, lo emocional a lo elitista. Gin Z no vende botánicos; vende recuerdos.
Gin Z no es solo una bebida. Es una forma de decir que crecer no significa olvidar. Nuestro objetivo: crear una comunidad que celebre los recuerdos, la ironía y la autenticidad.